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Me puse a pensar el otro día en nuestros artistas guatemaltecos, a los que nadie a apoyado para poder alcanzar sus sueños. Un claro ejemplo tenemos al cantautor Ricardo Arjona, un ejemplo de esfuerzo, perseverancia y lucha para alcanzar lo que se deseaba y solo haciendo lo que le gusta a dejado y dejará huella (algo así dice una de sus canciones).
Tiene un gran repertorio con temas muy originales, como solo él sabe hacerlos, y han sido muy buenos, inspirado en que, talvez, en el taxi que una vez tomó para ir a alguna parte de la gran ciudad, o cuando fue a tomarse un café y conoció, quien sabe, a una mujer de la cual se enamoró, o cuando veía a todas esas mujeres caminar desde su balcón, o también cuando estaba frente al televisor y vió a aquella señora de las cuatro décadas y se dio cuenta que era una perfecta amalgama entre la experiencia y la juventud y claro con muy buena reputación; podemos seguir y seguir mencionando esos temas, los cuales han inspirado y conmovido a mucha gente.
Lo que realmente me da un poco de tristeza, es saber que nunca agradecerá a algún guatemalteco por haberlo ayudado, para poder alcanzar su sueño. Por el contrario siempre estará agradecido a los mexicanos que le tendieron la mano; en éste caso siempre los he admiro mucho (a los mexicanos), que no siendo paisano, lo ayudaron; como siempre lo han hecho con todos sus cantantes, atletas… “?” a diestra y siniestra.
Ojalá algún día en nuestra Guate, apoyemos a estas personas emprendedoras; algunas se quedarán con eso solamente, el sueño, y nunca podrán sentirse satisfechos, de saber que han obtenido lo que siempre desearon con tanto anhelo.
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